Existen diferentes tipos de mudanza según el volumen de objetos a transportar y según la distancia que dichos objetos van a ser desplazados.
Las minimudanzas, como su propio nombre indica, son las más pequeñas y fáciles. Las minimudanzas son aquellas en las cuales los bienes caben en una sola furgoneta. Consecuentemente, también son las más baratas.
Por otro lado, las mudanzas locales ya implican un volumen algo mayor de bultos. La cercanía del lugar de origen y del punto de destino se encuentran en la misma localidad o en una muy próxima, motivo por el cual si se organizan bien pueden resolverse en cuestión de pocas horas.
Las mudanzas nacionales ya implican una planificación y un coste mayor, puesto que al coste propio de la mudanza hay que añadir el precio del combustible, posibles peajes de autopistas y en algunas ocasiones el alojamiento.
Para las mudanzas internacionales hacen falta empresas de mudanzas especializadas que puedan gestionar los permisos y papeleos necesarios. Es recomendable comenzar la planificación de este tipo de mudanzas con toda la antelación posible.
Las mudanzas de oficinas en Sevilla pueden ser un engorro si no se cuenta con la ayuda de profesionales cualificados, así que antes de realizar ninguna acción lo más recomendable es ponerse en contacto con una empresa de mudanzas competente.
